31.5.11

Carmen Anzano: deshilando a la artista

Desde su enfoque multidisciplinar Anzano habla de su obra –siempre basculando a medio camino entre la pintura y la escultura–, de los artistas que le han iluminado el camino creativo y de las exposiciones que prepara para el próximo año.

Celosía I, 2012, tejido de cintas y piezas metálicas, 200 x 200 cm.
La obra de Carmen Anzano (España, 1960) es un equilibrio preciso entre la presencia escultórica y la estructura pictórica. En ocasiones, un entramado de cintas se convierten en pinceladas coloristas sobre el lienzo y, en otras, la pintura se pierde bajo una superficie de hilos en tensión, dotando de tridimensionalidad a la pieza. Así pues, su propuesta estética multidisciplinar reviste una fijación por el juego de las formas. Tal y como explica en sus propias palabras, “me expreso a través de la pintura, aunque, por mi propia inquietud en no quedarme sólo con el soporte bidimensional de la tela, he trabajado la forma como volumen, como cuerpo sólido. En los ‘90 realicé series de piezas volumétricas a las que denominé cuerpos. Consistían en estructuras de maderas forradas de tela y pintadas, monocromáticas y sobresaliendo de la pared. Esos volúmenes adquirían una fuerte presencia visual como obra objeto entre el límite pintura-escultura”.

De este modo, la artista se reafirma en esa dualidad pintura-escultura que potencia en cada paso. En este juego multidisciplinar destacan las propuestas de Tejer el aire, una serie de instalaciones que van tomando forma a partir de hilos en tensión, que nació en el año 2004 con una exposición en Madrid, y que todavía sigue latente en su obra a día de hoy. “Tejer es una metáfora de querer ver el mundo a través de las formas y de los hilos que teje el universo”, comenta la artista. “De esta idea surgieron obras vinculadas a la forma y al tejido. Obras como “Tejer la forma” y la instalación “Tejer el cuerpo, y tejiendo el aire” (2007-10) definen muy bien lo que fue entonces mi trabajo, pero también es vigente actualmente”. De hecho, continúa implicada en la propuesta de Tejer el aire y lo hace “con una serie de pantallas entramadas a partir del hilo, de la fibra de cáñamo que va formando unas marañas pretendiendo no sólo abrazar el espacio ni extenderse en el tiempo, sino algo tan imposible como tejer el aire, y en esa imposibilidad está el deseo de retenerlo”. En ese entramando de tela, madera y cuerdas tensadas, reverberan las propuestas conceptuales, de esculturas, pinturas e instalaciones de artistas como Jean Arp, Stella, Anish Kapoor o Christo.

La artista explica que su obra nace de su “entorno más cercano, tanto en  la visión de un paisaje ideal como en las  estructuras y tramas urbanas. Reflejo e interpreto una iconografía de nuestra sociedad contemporánea y compleja, donde las formas geométricas, las tramas, las redes sociales, los espacio reales y ficticios se superponen y a su vez crean espacios virtuales, ópticos, falsos, ocultos de infinitos enlaces y tejidos superpuestos”. Y sobre su proceso creativo, en el cual los hilos y materiales conforman esas realidades hiladas precisas, explica que: “Mi obra evoca una estética actual filtrada a través de mi propia experiencia plástica que es la que me inspira y me da respuestas para seguir desarrollando nuevas obras que se configuran y se construyen desde  el control, pero a la vez del dejar fluir, permitiendo que actúe el azar como en la propia dinámica de la vida. Puedo partir del azar para más tarde controlar o a la inversa”.


La forma como inspiración primera
En el proceso de producción de Carmen Anzano, la forma es la génesis. “La forma orgánica, la geométrica y cómo estas se interrelacionan, se metamorfosean dando origen a otras nuevas formas, que a su vez generan infinitas formas: sólidas, llenas, vacías, etéreas, lineales, tejidas, envolventes”, puntualiza la artista. Estas composiciones toman sentido con un trabajo cómplice con los juegos de luz y aire y con el uso de diversos elementos en la creación. “Experimento con materiales sencillos, ligeros, cotidianos, para crear obras livianas pero a la vez sólidas. Me muevo en el terreno de los opuestos; lleno-vacío, hueco-materia, rígido-blando, luz-sombra”, explica. Además, la incidencia de la luz sobre las piezas y el aire que queda entre los límites de cada material juega un papel importante en su trabajo creativo: “Ver cómo la luz incide en la superficie de la obras o en determinados ángulos y biselados, así como en las diversas texturas del tejido, es fundamental ya que ésta hace que la obra vibre cromáticamente. En las instalaciones la luz-sombra es la que duplica y proyecta los elementos en el espacio expandiéndolos a través del fluir del aire, el cual es vital para que la obra se desarrolle y se dimensione”.

Anzano construye un universo creativo basado en ese catálogo de opuestos y de dualidades formales, pero sus piezas, además, se plantean y crecen en un taller compartido con el pintor i escultor Martín Carral. Con el artista, que propone un universo geométrico perfecto, ha presentado diversas exposiciones conjuntas pero consiguen que sus identidades creativas se mantengan intactas. “Cada uno de nosotros –comenta– tiene su propio discurso plástico. Es cierto que compartimos el mismo taller, pero somos conscientes de que nuestra relación ha de partir de un diálogo constante, de una comunicación basada en el respeto del uno hacia el otro y de saber dónde están los límites para no traspasarlos”, comenta. Ambos creadores nunca han trabajado a cuatro manos sobre una misma pieza pero no descartan colaboraciones futuras: “No hay obra que no contenga la mirada del otro, una mirada crítica que siempre nos ha sido útil para activarnos creativamente. En estos momentos trabajamos individualmente, pero, a veces, nos gusta hacer proyectos expositivos conjuntamente, en paralelo, para ver cómo se interrelacionan nuestra obras y cómo conviven en un mismo espacio”.

En esta línea, precisamente, ambos se han propuesto exponer conjuntamente el próximo año, 2013, en el Espai Volart de la Fundación Vila Casas, de Barcelona y en el Museo Würth, de la Rioja. La artista explica cómo: “Cada uno expresará su propio discurso plástico, entendido como una experiencia del diálogo, de encuentros de dos personalidades, de dos formas de sentir y de habitar en un único espacio”.

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Publicat a revista Arte al Límite, maig de 2012

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